La Corte Suprema de Brasil había negado la extradición del ex activista de izquierda.
"El Consejo analizó el caso de Battisti y autorizó por 14 votos a dos su permanencia en el país. Ahora, el expediente irá al Ministerio de Justicia, que deberá ejecutar la decisión, emitiendo el visado", explicó un vocero del CNIg, un organismo colegiado administrado por el Ministerio de Trabajo.
Durante la reunión del CNIg (integrado por representantes de nueve ministerios, centrales sindicales y núcleos empresariales) se registraron también una abstención y tres votos ausentes, de acuerdo con una escueta nota oficial divulgada por el órgano.
En tanto, un portavoz del Ministerio de Justicia dijo a la AFP que aún no se ha "recibido el expediente para que siga su trámite", pero indicó que la decisión del CNIg de autorizar la permanencia "por tiempo indeterminado" significa la emisión de una visa de residencia permanente para el italiano.
Con ese visado, Battisti podrá vivir legalmente en Brasil, ya que en su pedido al CNIg demostró que tiene condiciones de mantenerse financieramente mediante su actividad de escritor y el cobro de derechos de autor de sus libros ya publicados.
En un comunicado, los abogados de Battisti informaron que el italiano recibió "con tranquilidad" la noticia sobre la autorización del CNIg, y añadieron que "sabe de sus obligaciones como extranjero residente en Brasil (y) las cumplirá fielmente".
Battisti, añade la nota, "nutre la esperanza de poder restaurar la normalidad de su vida, continuar escribiendo sus libros y ver terminada la persecusión que hace años lo afecta".
El abogado Eduardo Mendonça, integrante del equipo legal de defensores de Battisti, declaró que "la decisión del CNIg implica claramente la emisión de un visado de residencia permanente, precisamente para que la permanencia de Battisti en el país se torne efectiva".
Según el letrado, "ahora se trata de un proceso burocrático interno para la emisión de los documentos" de Battisti. Mendonça explicó que "el CNIg autoriza en realidad visas de trabajo, pero el caso Battisti no es un caso común de permiso de trabajo y por eso era necesario ese paso".
Al término de una verdadera batalla judicial que se arrastró desde 2007, el Supremo Tribunal Federal (STF) ratificó este mes la decisión del ex presidente Luis Inacio Lula da Silva (2003-2010) de negar el pedido de extradición presentado por las autoridades italianas.
Condenado en Italia por cuatro asesinatos ocurridos en la década de 1970, cuando era integrante de un grupo armado de ultraizquierda, Battisti fue arrestado en Rio de Janeiro en 2007 y permaneció detenido en una cárcel en las afueras de Brasilia hasta su liberación en la madrugada del 9 de junio.
El caso se tornó crítico en enero de 2009, cuando el entonces ministro de Justicia, Tarso Genro, concedió a Battisti el estatus de refugiado, a pesar de que la Comisión Nacional sobre Refugiados se había manifestado en contra de ese beneficio.
En septiembre de 2009, el STF se pronunció en favor de la extradición, pero después de una extensa discusión decidió por mayoría que la última palabra en el caso correspondería al presidente Lula. El entonces presidente consultó al organismo asesor jurídico del Estado (Abogacía General de la Unión, AGU) y en su último día de gobierno, el 31 de diciembre de 2010, hizo publicar en el Diario Oficial un decreto por el que permitía la permanencia de Battisti en Brasil.
Cuando parecía que el largo caso había llegado a su fin, los abogados que representan al Estado italiano interpusieron un nuevo pedido ante el STF para que evalúe si la decisión de Lula contradecía el tratado bilateral de extradición, pero la Suprema Corte ratificó la decisión. Battisti ha negado enfáticamente toda participación en los asesinatos que se le imputan.
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