La prohibición de fumar en lugares cerrados de trabajo y de acceso público entró hoy en vigencia en todo el país. Restaurantes, bares, cines, teatros, bingos, casinos y boliches ya son 100% libres de humo.
“Disculpe, señor, ¿podría apagar el cigarrillos que me molesta?”. Frases como ésta ya no deberían ser escuchadas más en los bares o restaurantes, simplemente porque a partir de hoy entra en vigencia la ley nacional de control de tabaco, que prohibe fumar en ambientes públicos cerrados y espacios de trabajo, y que regula la venta y publicidad de cigarrillos.
Con la publicación de ayer en el Boletín Oficial, la norma, que fue sancionada por el Congreso el 1 de junio pasado, rige a partir de hoy. La idea es que todos los ambientes sean “100% libres de humo”, tal como dijo la presidenta Cristina Fernández.
¿Cuáles serán los principales cambios a partir de la norma? Por empezar, los lugares cerrados y públicos deberán estar ajenos al cigarrillo. Entre esos lugares se contabilizan bares, restaurantes, boliches, casinos, bingos, teatros, entre otros. Los cambios llegarán acompañados de la venta: ya no se podrán ofrecer unidades sueltas ni por máquinas expendedoras.
La publicidad de los cigarrillos es una de las aristas clave de la ley. En seis meses, las marcas ya no podrán publicitar sus productos en medios de comunicación y en la vía pública. A su vez, dentro de un año los fabricantes tendrán que incluir imágenes que alerten que es perjudicial para la salud y trocar las frases como “light” o “suaves” por mensajes como “fumar causa cáncer”. Para los que no cumplan con la ley (el Ministerio de Salud está a cargo de las inspecciones) habrá multas económicas.
“Esta ley nos coloca en un país más saludable para vivir”, destacó el lunes al promulgar la ley la Presidenta, quien aclaró, en alusión a las críticas de las tabacaleras: “La medida no afecta ninguna actividad productiva ni se pierde ningún puesto de trabajo, ya que la mayor parte de la producción se exporta”.
En la Ciudad de Buenos Aires, una ley similar fue sancionada en 2006 por la Legislatura porteña, que prohibía fumar en lugares públicos cerrados. Sin embargo, permitía instalar sectores para fumadores en locales de más de 100 metros cuadrados, aunque éstos no podían superar el 30 por ciento de la superficie total. En diciembre del año pasado, la Legislatura votó una extensión de esa norma para eliminar también los espacios cerrados compartidos porque no había garantías de que esos lugares fueran “100% libres de humo”.
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